En primer lugar me gustaría agradecer a la organización la oportunidad de conocer los detalles de la ciencia abierta a los nuevos investigadores. Este concepto no era desconocido para mí antes del seminario. Sin embargo el repositorio de la universidad y la no relación entre revistas abiertas y de pago fueron totalmente novedosos para mí. La ciencia abierta, al menos en la Universidad del hoy, se encuentra en un proceso de constante cambio, el paso del formato tradicional hacia las revistas electrónicas, de revistas de suscripción a las revistas abiertas e incluso me atrevo a decir que este cambio no va a terminar. Los criterios hasta hoy escogidos para la evaluación de la ciencia están obsoletos, y puede que la ciencia abierta ofrezca nueva posibilidades al alcance de barómetros más justos.
La universidad debe proteger las publicaciones que realizan sus investigadores, y estos deben colaborar en ello. Quizás obligar a la publicación en el repositorio suene demasiado impostivo para algunos, pero el no hacer uso de éste también obliga a la Universidad a mantener un sistema de suscripciones altamente costoso. Es necesario para la preservación del conocimiento desarrollado en la universidad. Las editoriales no debería ser las únicas capaces de almacenar las investigaciones realizadas por los investigadores, ni el acceso al conocimiento debe estar limitado al pago de una suscripción.
La creación de un repositorio de libre acceso para los investigadores de la universidad, y una posible red de conocimiento que se establezca con el resto de bibliotecas universitarias debería ser una prioridad para preservar la ciencia del hoy a los científicos del futuro. Las nuevas tecnologías nos permiten almacenar una cantidad de datos impensable hasta hace unos años. Si la Universidad pretende ofrecer una ciencia de excelencia debería aportar a los investigadores los medios para almacenar estas nuevas masas de datos. No solo es importante ofrecer los medios, como ofrecer visibilidad a dichas herramientas. De nada sirve tener la mejor herramienta si nadie conoce su existencia. Nótese que no exonero de responsabilidad al investigador, pues este debe ser el primer interesado en preservar su trabajo en aras de la transparencia y la reproducibilidad, pilares fundamentales de la ciencia. Pero a veces uno no imagina los recursos que hay a su disposición. Cursos como este, permiten descubrir el trabajo que se está realizando desde la biblioteca, y a su vez poner en contacto a los futuros consumidores de las herramientas realizadas por los bibliotecarios.
En cuanto a la relevancia del acceso abierto en la carrera investigadora personal, no estoy del todo de acuerdo en que tenga que ser el objetivo prioritario de la ciencia abierta. El fin de la ciencia es el desarrollo del ser humano y de su entorno, gracias a la ciencia abierta podemos mejorar entre todos compartiendo de manera gratuita el conocimiento. Por lo tanto creo que el principal motivo de crear ciencia abierta debe ser el bien común y no la publicitación personal. Esto obviamente, no quita que exista un beneficio personal en la ciencia abierta, pero lo veo como un efecto colateral y no como una fuente de motivación. Los esfuerzos deben centrarse en reflejar los aspectos positivos para entes globales, que vivimos en un mundo cada día más conectado y cada día con problemáticas más comunes.
Para finalizar, la ciencia abierta debería ser un objetivo prioritario en la cultura de la investigación actual por numerosos motivos. En primer lugar, la transparencia y reproducibilidad de la ciencia. En segundo lugar el conocimiento y desarrollo científico, que no debe estar en posesión ajena a los investigadores. El almacenamiento de la ciencia debe estar en poder de las bibliotecas como así ha sido a lo largo de la historia. La actualización de estas debe ser visible para los nuevos investigadores, a fin de que su incorporación como un bien normal se produzca lo más rápido posible.
#IamAnOpenScientistBecause the science belongs to the mankind